Lima, 24-05-2013 / Año 109 - Edición extraordinaria

LA AUXILIADORA DE LOS TIEMPOS DIFÍCILES
Simulemos una entrevista periodística a Don Bosco:
- ¿Por qué el título de "Auxiliadora?
- "El título de Auxiliadora de los Cristianos no es nuevo en la Iglesia; pero en estos últimos tiempos se ha comenzado a proclamar así a la Virgen Santísima por una razón muy particular. No se trata de invocar tanto a María por intereses privados, cuanto por los gravísimos e inminentes peligros que amenazan a los fieles. Hoy la Iglesia Católica es atacada en sus servicios, en sus instituciones sagradas, en sus jefes, en su doctrina, en su disciplina; es atacada como Iglesia Católica, como centro de la verdad, como maestra de todos los fieles. Por eso se recurre a María, como a madre común, como a especial AUXILIADORA de los gobernantes, y de los pueblos católicos. Por eso decimos que María ha sido constituida por Dios "AUXILIADORA" de los Cristianos y que en todo tiempo ha mostrado serlo efectivamente en los males públicos, especialmente a favor de los pueblos que sufren y luchan por la fe.
- ¿Cuándo se empezó su invocación?
- "Desde muy antiguo, pues siempre la Iglesia ha sentido necesidad de ser protegida por el auxilio de María. Así lo testifican muchos santos autores:
San Juan Crisóstomo, en el 345, en Constantinopla, la invocaba: "Tú, María, eres AUXILIO POTENTÍSIMO DE DIOS".
San Sabas: "En Oriente existía una imagen llamada ¡AUXILIADORA de los enfermos!".
San Juan Damasceno en el 749, difundía la jaculatoria "MARÍA AUXILIADORA, RUEGA POR NOSOTROS", y repetía: "La Virgen es AUXILIADORA para evitar males y peligros, y AUXILIADORA para conseguir la salvación".
En 1572, San Pío V añadió a las letanías lauretanas la invocación "AUXILIADORA DE LOS CRISTIANOS, RUEGA POR NOSOTROS", para recordar el triunfo de Lepanto.
En 1814, Pío VII, prisionero de Napoleón, prometió que el día de su liberación, declararía la fiesta de MARÍA AUXILIADORA. El 24 de Mayo de 1814, así lo hizo.
- ¿Hay alguna relación entre Don Bosco y el título mariano?
- "Don Bosco, en 1862, tiempo de las apariciones de la Virgen en Spoleto (Italia), tuvo un sueño-visión: vio la nave de la Iglesia asegurada entre dos grandes columnas. La mayor representaba a la Eucaristía; la otra, coronada por la inmaculada, llevaba la inscripción: "AUXILIADORA DE LOS CRISTIANOS". El Timonel era el Papa.

En 1863 Don Bosco decía: "Ahora la Virgen quiere que la honremos con el título de MARÍA AUXILIADORA. Los tiempos corren tan tristes y peligrosos que necesitamos que la Virgen nos auxilie y ayude a conservar y a defender la fe cristiana". Y desde entonces propagó esta devoción con la invocación: "INMACULADA AUXILIADORA, MADRE DE LA IGLESIA". En su honor edificó la gran Basílica de María Auxiliadora en Turín, fundó el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora y la Asociación de María Auxiliadora (ADMA).

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