La
viuda "llevaba a enterar a su hijo único"; perdía todo lo que tenía.
Ella represento a los que sufren Ia injusticia más honda: los que han perdido
el sentido de sus vidas Hoy, sigue apareciendo Jesús ordenando: "Yo te
mando, levántate": de tu desilusión, de tu desesperanza y de tus pecados.
PRIMERA
LECTURA: 1R 17, 17-24
El profeta Elías es un anuncio de la presencia de Dios en medio de
su pueblo, trayendo un mensaje de paz, salud y vida.
"En aquellos días, cayó enfermo el hijo
de la dueña de casa. La enfermedad era tan grave que se quedó sin respiración.
Entonces la mujer dijo a Elías: «¿Qué tienes contra mí, hombre de Dios? ¿Has
venido a mi casa a recordarme mis faltas y a causar la muerte de mi hijo?».
Elías respondió: «Dame a tu hijo». Y, tomándolo del regazo de la viuda, lo
subió a la habitación donde él dormía y lo acostó en su cama. Luego invocó al
Señor: «Señor, Dios mío, ¿también a esta viuda que me hospeda la vas a
castigar, haciendo morir a su hijo?». Después se tendió tres veces sobre el
niño, invocando al Señor: «Señor, Dios mío, que vuelva la vida de este niño a
su cuerpo»".
SEGUNDA
LECTURA: Ga 1, 11-19
La experiencia de Pablo con Jesús marcó su vida y la de la iglesia:
nos descubre que Dios va más allá de nuestros límites existenciales, mentales y
de corazón.
"Les hago saber, hermanos, que el
Evangelio anunciado por mí no es de origen humano; yo no lo he recibido ni
aprendido de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo. Han oído hablar
de mi conducta anterior en el judaísmo: con qué violencia perseguía a la Iglesia de Dios y cómo
superaba en el judaísmo a muchos compatriotas de mi generación, como partidario
fanático de las tradiciones de mis antepasados. Pero, cuando Aquel que me
escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia se dignó revelar a
su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los paganos, en seguida, sin pedir
consejo a hombre alguno, ni subir a Jerusalén a ver a los Apóstoles anteriores
a mí, me fui a Arabia, y después volví a Damasco. Más tarde, pasados tres años,
subí a Jerusalén para conocer a Pedro, y me quedé quince días con él. Pero no vi
a ningún otro Apóstol, excepto a Santiago, el pariente del Señor".
PILDORITA
SALUDABLE
Ecl 6,
6: "Que sean muchos tus amigos, pero amigo íntimo solo uno entre mil"
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