Lima, 14-07-2013 / Año 109 - Nº 5675

Decía Albert Einstein: "El problema no era la bomba atómica, sino el corazón del hombre". Un corazón compadecido de las necesidades ajenas, capaz de imitar a Cristo, "él Samaritano de todo la humanidad" Escuchemos su mandato: "Haz algo por los necesitados".

PRIMERA LECTURA: Dt 30, 10-14

Moisés exhorta a su pueblo a convertirse verdaderamente, cumpliendo los mandamientos, que no son impracticables, pues LA PALABRA DE DIOS está en sus corazones.

"Moisés habló al pueblo diciendo: «Escucha la voz del Señor, tu Dios, guardando sus preceptos y mandamientos, lo que está escrito en el libro de esta ley; conviértete al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda el alma. Porque este mandamiento que yo te prescribo hoy no es superior a tus fuerzas, ni inalcanzable; no está en el cielo, para que digas: '¿Quién de nosotros subirá al cielo para traerlo y nos lo enseñará para que lo cumplamos?'; ni está más lejos del mar, para que digas: '¿Quién de nosotros cruzará el mar para traerlo y nos lo enseñará, para que lo cumplamos?'. Pues la palabra está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca para que la cumplas»".

SEGUNDA LECTURA: Col 1, 15-20

Pablo nos trasmite este himno que la comunidad cristiana de Colosas canta para Cristo, Señor de la historia y centro de la creación, por quien todo fue hecho.

"Cristo Jesús es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de Él fueron creadas todas las cosas: las del cielo y las de la tierra, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por Él y para Él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en Él. Él es también la cabeza del cuerpo: es decir, de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en Él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por Él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, restableciendo la paz con su sangre derramada en la cruz".

PILDORITA SALUDABLE

Ecl 6, 11: "Mientras te vaya bien, serán uña y carne contigo; pero cuando te vaya mal, te abandonarán"