Lima, 22-09-2013 / Año 109 - Nº 5685

El dinero, expresión económica del trabajo humano, es necesario para vivir con dignidad. El dinero no es ni bueno ni malo. Nosotros somos buenos o malos administradores. Todos corremos el peligro de dejar de ser fieles a Dios en el uso del dinero, la riqueza, los bienes materiales, en emplearlos sólo en nuestro proyecto y no en socorrer a cuantos padecen necesidad y tienen menos que nosotros.
PRIMERA LECTURA: Am 8, 4-7
Amós lee la historia de Israel como un momento de juicio frente a la conducta de injusticia y falta de fraternidad que clama a Dios y es escuchado por él.
"Escuchen esto los que oprimen al pobre, y tratan de eliminar a la gente humilde, diciendo: «¿Cuándo pasará la fiesta de la luna nueva para vender el trigo, y el sábado, para ofrecer el grano?». Disminuyen ustedes la medida, aumentan el precio, usan balanzas con trampa, compran por dinero al pobre, al mísero por un par de sandalias, vendiendo hasta el salvado del trigo. El Señor lo ha jurado por el honor de Jacob: nunca olvidaré lo que han hecho".
SEGUNDA LECTURA: 1ªTm 2, 1-8
Pablo nos invita a ser hombres y mujeres de fe en medio de un mundo difícil y contradictorio que necesita aproximarse a Dios misericordioso y providente.
"Querido hermano: Te ruego, ante todo, que se hagan oraciones, plegarias, súplicas, acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todas las autoridades, para que podamos llevar una vida tranquila y pacífica, religiosa y digna. Eso es bueno y grato ante los ojos de Dios, nuestro Salvador que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Porque Dios es uno, y uno solo es el mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también que se entregó en rescate por todos: éste es el testimonio dado a su debido tiempo, del cual he sido yo constituido mensajero y apóstol, digo la verdad, no miento. Por tanto, quiero que sean los hombres los que oren en cualquier lugar, alzando las manos limpias, sin ira ni divisiones".






PILDORITA SALUDABLE
Ecl 6, 21: "Para el necio, la sabiduría es como una piedra pesada, y no tarda en arrojarla lejos de él"

Un pastor tiene ovejas negras y blancas.
Un comerciante le pregunta:
- Amigo, ¿Cuáles dan mejor lana? - Las blancas.
- ¿Y las negras? - También.
- Y ¿cuáles dan mejor carne? - Las blancas.
- ¿Y las negras? - También,
- ¿Por qué, ah? - Porque las blancas SON MÍAS.
- ¿Y las negras? - ¡TAMBIÉN!

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