Jesús
nos abre los ojos para ver el rostro del Padre: Humildad, caridad, compromiso
con los más pobres, un corazón abierto a la verdad. Sólo así, reconoceremos el
rostro de Dios en su Hijo único, Jesucristo. Sólo en Él encontraremos descanso
y esperanza, ayudándonos a cargar las cruces diarias de nuestras vidas.
PRIMERA
LECTURA: Is 58, 6-11
Isaías nos llama a pasar de la piedad a la caridad concreta con el prójimo.
"Así habla el Señor: «Éste es el ayuno
que yo amo -oráculo del Señor-; soltar las cadenas injustas, desatar los lazos
del yugo, dejar en libertad a los oprimidos y romper todos los yugos; compartir
tu pan con el hambriento y albergar los pobres sin techo; cubrir al que veas
desnudo y no despreocuparte de tu propia carne. Entonces despuntará tu luz como
la aurora y tu llaga no tardará en cicatrizar; delante de ti avanzará tu
justicia y detrás de ti irá la gloria del Señor. Entonces llamarás y el Señor
responderá; pedirás auxilio y Él dirá: '¡Aquí estoy!' Si eliminas de ti todos
los yugos, el gesto amenazador y la palabra maligna; si ofreces tu pan al
hambriento y sacias al que vive en la penuria, tu luz se alzará en las
tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía. El Señor te guiará
incesantemente, te saciará en los ardores del desierto y llenará tus huesos de
vigor; tú serás como un jardín bien regado, como una vertiente de agua, cuyas
aguas nunca se agotan»".
SEGUNDA
LECTURA: 1ª Co 12, 31-13, 13
El himno de caridad es un desafío a pasar a una caridad efectiva y
salvadora.
"Hermanos: Aspiren a los dones más
perfectos. Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles,
si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe.
Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la
ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no
tengo amor, no me sirve para nada. Aunque repartiera todos mis bienes para
alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no
sirve para nada. El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no
hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés,
no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la
injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo
lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasará jamás. Las
profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque
nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas. Cuando llegue lo
que es perfecto, cesará lo que es imperfecto. Mientras yo era niño, hablaba
como un niño, razonaba como un niño; pero cuando me hice hombre, dejé de un
lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; conoceré
como Dios me conoce a mí. En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la
esperanza y el amor, pero la más grande de todas es el amor".
PILDORITA
SALUDABLE
Ecl 6,
28: "Al fin ella te dará descanso y se convertirá en tu alegría"
- ¿Saben el chiste del PESCADO?
- NOOO
- Entonces.... ¡Quédense CON
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