Lima, 19-01-2014 / Año 110 - Nº 5702

Juan Bautista reconoce que Jesús es «El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo». Juan da testimonio de Cristo como el Mesías, el Salvador ante sus discípulos. ¡Que podamos cada uno de nosotros, en nuestra vida cotidiana, al igual que Juan, dar testimonio de Cristo como Salvador nuestro!
PRIMERA LECTURA: Is 49, 3.5-6
Ser luz de los  pueblos, es la misión de Jesús y de su comunidad en la historia, es decir la Iglesia: tú y yo.
"El Señor me dijo: «Tú eres mi siervo, Israel en quien me gloriaré». Y ahora habla el Señor, aquel que desde el vientre me formó como siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel tanto me honró el Señor, y mi Dios fue mi fuerza: «No basta que seas mi siervo y restablezcas la tribu de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; para que mi salvación alcance te hago luz de las naciones, hasta el último extremo de la tierra».
SEGUNDA LECTURA: 1Co 1, 1-3
Pablo nos presenta este himno a Cristo, Señor de la historia y rey, a quien somos llevados por la fe para cumplir el plan salvífico de Dios.
"Yo, Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús, por designio de Dios, y Sóstenes, nuestro hermano, escribimos a la Iglesia de Dios que está en Corinto, a los consagrados por Cristo Jesús y llamados a formar su pueblo santo, junto a todos aquellos que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor de ellos y nuestro. Gracia y paz a ustedes de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo".


CORDERO DE DIOS = Siervo, Amigo, Hijo, Predilecto, el amado por Dios, Víctima Redentora...

Un borracho va a Alcohólicos Anónimos y le preguntan:
- ¿VINO SÓLO?
- NO... CON HIELITO, por favor.

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