El
Evangelio nos presenta la más maravillosa imagen de Dios: "Dios amó tanto
al mundo que entregó a su Hijo, para que el que crea en Él no muera, sino que
tenga vida eterna". Para eso encarnó a su Verbo Eterno para estar con
nosotros y envió al Espíritu Santo para que esté ¡DENTRO DE NOSOTROS! ¡Qué
maravilla!: ¡Todo un Dios se humaniza y toda la humanidad se diviniza!
PRIMERA LECTURA: Ex 34,
4b-6.8-9.
El Éxodo
nos trasmite la experiencia íntima de Moisés frente a Dios, que se revela como
el Dios compasivo y misericordioso.
"En
aquellos días, Moisés subió de madrugada al monte Sinaí, como le había mandado
el Señor, llevando en sus manos las dos tablas de piedra. El Señor bajó en la
nube y se quedó con él allí, y Moisés invocó el nombre del Señor. El Señor pasó
delante de él, proclamando: "Señor, Señor, Dios compasivo y
misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad. Moisés, al
momento, se inclinó a tierra y se postró. Y le dijo: "Si he obtenido tu
favor, que mi Señor vaya con nosotros, aunque éste sea un pueblo testarudo; perdona
nuestras culpas y pecados y tómanos como tu herencia".
SEGUNDA
LECTURA: 2Co 13, 11-13.
Pablo saluda a la
Comunidad , invocando sobre ella a Aquel que es fuente de
comunión y que nos convoca para la misión.
"Hermanos: Estén alegres, busquen la
perfección, anímense; tengan un mismo sentir y vivan en paz. Y el Dios del amor
y de la paz estará con ustedes. Salúdense mutuamente con el beso santo. Les
saludan todos los hermanos en la fe. La gracia del Señor Jesucristo, el amor de
Dios y la Comunión
del Espíritu Santo permanezca siempre con ustedes".
Eclo 7, 21:
"Ama como a ti mismo al esclavo inteligente, y no le niegues la libertad"
- Oh, ES EL MÍO, pues algunas veces SE ME ADELANTA
Ja, ja, ja...
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