Lima, 29-06-2014 / Año 110 - Nº 5725

Jesús nos invita con ternura: "Vengan a mí", pero, en especial, a los cansados y agobiados, "Vengan a mí" y aprendan de mí que les ofrezco descanso. Jesús no nos quita las cargas, nos ayuda a llevarlas si lo dejamos entrar en nuestra mente y corazón.
PRIMERA LECTURA: Hch 12, 1-11.
Pedro encarcelado es liberado portentosamente experimentando que el Señor sostiene y libra a los que con él confían y se entregan a su obra.
"El rey Herodes hizo arrestar a algunos miembros de la Iglesia para maltratarlos. Mandó ejecutar a Santiago, hermano de Juan, y al ver que esto agradaba a los judíos, también hizo arrestar a Pedro. Eran los días de los "Panes Ácimos". Después de arrestarlo, lo hizo encarcelar, poniéndolo bajo custodia de cuatro relevos de guardia, de cuatro soldados cada uno. Su intención era hacerlo comparecer ante el pueblo después de la Pascua. Mientras Pedro estaba bajo custodia en la prisión, la Iglesia no cesaba de orar a Dios por él. La noche anterior al día en que Herodes pensaba hacerlos comparecer. Pedro dormía entre los soldados, atado con dos cadenas, y los otros centinelas vigilaban la puerta de la prisión. De pronto, apareció al ángel del Señor y una luz resplandeciente en el calabozo. El Ángel le dijo: «Tienes que ponerte el cinturón y las sandalias», y Pedro lo hizo. Después le dijo: «Cúbrete con el manto y sígueme». Pedro salió y los seguía; no se daba cuenta de que era cierto lo que estaba sucediendo por intervención del ángel, sino que creía tener una visión. Pasaron así el primer y el segundo puesto de guardia, y llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad. La puerta se abrió sola delante de ellos. Salieron y anduvieron hasta el extremo de una calle, y enseguida el ángel se alejó de él. Pedro, volviendo en sí, dijo: «Ahora sé que realmente el Señor envió a su ángel y me libró de las manos de Herodes y de todo cuanto esperaba el pueblo judío»".
SEGUNDA LECTURA: 2Tm 4, 6-8.17-18.
Pablo, basado en su experiencia, nos anima a "pelear el buen combate de la fe en Jesucristo". Sólo así llegaremos a poseer la corona de justicia.
"Querido hijo: Ya estoy a punto de ser derramado como una libación, y el momento de mi partida se aproxima: he peleado hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera, conservé la fe. Y ya está preparada para mí la corona de justicia que el Señor como juez, me dará en ese día, y no solamente a mí, sino a todos los que hayan aguardado con amor su manifestación. El Señor estuvo a mi lado, dándome fuerzas, para que el mensaje fuera proclamado por mi intermedio y llegara a oídos de todos los paganos. Así fui librado de la boca del león. El Señor me librará de todo mal y me preservará hasta que entre a su reino celestial. ¡A Él sea la gloria por siglos de los siglos! Amén.

Eclo 7, 23: "Si tienes hijos, edúcalos, y búscales esposa mientras sean jóvenes"

De noche, un ladrón entra al dormitorio de una casa a ROBAR.
La abuelita le dice: ¿Qué busca, señor?
- PLATA
- ¡Hombre!, si no la encontró de día, ¿Cómo la va a encontrar de noche?
Ja, ja, ja...

No hay comentarios: