¡VACILARSE, ES VIVIR!
La palabra "sufrimiento" va desapareciendo y siendo rechazada como un contrasentido. Así lo dicen "Ios criollazos", los "vivazos". Para ellos, la vida debe ser un "vacilón" una juerga, un chiste, un "pasarla chévere". Me hace recordar un cartelito que leí cuando era joven seminarista en Chosica, en una casa de antigüedades, por el costado del cerro: "Sácale el jugo a la vida, antes de que la vida te lo saque a ti". Dicen que el dueño era un loco... Pero, en este contexto, era cuerdo. Cómo cuesta aceptar que el sufrimiento es el "Pan nuestro de cada día". Qué desilusión cuando, sintiendo en lo profundo de nuestro ser esas ansias de felicidad, quedan constantemente frustradas. Creo que en este sentido, Simón Pedro le amonestó a Jesús cuando les dijo que su triunfo sería, justamente, ser acusado, juzgado, condenado y ejecutado. ¡Para luego resucitar y triunfar! Sin una visión sobrenatural es una locura. Por eso Simón Pedro le dijo a Jesús: -"Jesús, ¿cómo se te ocurre pensar así? ¿Estás loco? Y Jesús le respondió: -"El loco eres tú. Te comportas como Satanás (el embaucador, el tentador, el perseguidor, el que divide, el que se opone a Dios desde siempre). Ahora sí estás pensando como los hombres, como esos 'criollazos', que todo lo ven 'vacilón'. ¡Fuera de aquí!" Simón tuvo que humillarse y aceptar el requerimiento de Jesús.
Pensándolo bien, y desde el punto de vista humano, ya podemos entender que el sufrimiento no es un fracaso, una derrota, un dolor, sino, el fruto del amor que acepta con gozo el dolor, el sufrimiento por el bien mayor del otro. Y en la medida en que este amor crezca, crecerá la capacidad de sufrimiento. Esto lo tenemos evidenciado en ese sufrimiento gozoso, perseverante y animoso de nuestros padres, especialmente en el de nuestras MADRES. Cuanto más ama, más está capacitada para sufrir... ¡hasta entregar su propia vida! Esto también lo han hecho nuestros héroes, nuestros próceres, nuestros científicos, nuestros artistas, nuestros deportistas... etc.: ¡Cuánta entrega que significa SUFRIMIENTO! ¡Bastaría contemplarlos e imitarlos!
Luego, lo que Cristo nos pide "de dejarlo todo", "de sufrir por Él hasta la muerte", no es algo del otro mundo. Si sufres renegando, todavía no AMAS.
¿Qué te parece?... ¡PIENSALO!
La palabra "sufrimiento" va desapareciendo y siendo rechazada como un contrasentido. Así lo dicen "Ios criollazos", los "vivazos". Para ellos, la vida debe ser un "vacilón" una juerga, un chiste, un "pasarla chévere". Me hace recordar un cartelito que leí cuando era joven seminarista en Chosica, en una casa de antigüedades, por el costado del cerro: "Sácale el jugo a la vida, antes de que la vida te lo saque a ti". Dicen que el dueño era un loco... Pero, en este contexto, era cuerdo. Cómo cuesta aceptar que el sufrimiento es el "Pan nuestro de cada día". Qué desilusión cuando, sintiendo en lo profundo de nuestro ser esas ansias de felicidad, quedan constantemente frustradas. Creo que en este sentido, Simón Pedro le amonestó a Jesús cuando les dijo que su triunfo sería, justamente, ser acusado, juzgado, condenado y ejecutado. ¡Para luego resucitar y triunfar! Sin una visión sobrenatural es una locura. Por eso Simón Pedro le dijo a Jesús: -"Jesús, ¿cómo se te ocurre pensar así? ¿Estás loco? Y Jesús le respondió: -"El loco eres tú. Te comportas como Satanás (el embaucador, el tentador, el perseguidor, el que divide, el que se opone a Dios desde siempre). Ahora sí estás pensando como los hombres, como esos 'criollazos', que todo lo ven 'vacilón'. ¡Fuera de aquí!" Simón tuvo que humillarse y aceptar el requerimiento de Jesús.
Pensándolo bien, y desde el punto de vista humano, ya podemos entender que el sufrimiento no es un fracaso, una derrota, un dolor, sino, el fruto del amor que acepta con gozo el dolor, el sufrimiento por el bien mayor del otro. Y en la medida en que este amor crezca, crecerá la capacidad de sufrimiento. Esto lo tenemos evidenciado en ese sufrimiento gozoso, perseverante y animoso de nuestros padres, especialmente en el de nuestras MADRES. Cuanto más ama, más está capacitada para sufrir... ¡hasta entregar su propia vida! Esto también lo han hecho nuestros héroes, nuestros próceres, nuestros científicos, nuestros artistas, nuestros deportistas... etc.: ¡Cuánta entrega que significa SUFRIMIENTO! ¡Bastaría contemplarlos e imitarlos!
Luego, lo que Cristo nos pide "de dejarlo todo", "de sufrir por Él hasta la muerte", no es algo del otro mundo. Si sufres renegando, todavía no AMAS.
¿Qué te parece?... ¡PIENSALO!